El arquitecto británico John Pawson, asociado fuertemente al minimalismo, ha lanzado recientemente un libro de fotografías llamado A Visual Inventory, donde comparte desde los patrones que dejan las huellas de las orugas en España hasta la geometría de una morada en la isla griega de Rodas.
Estas fotografías revelan los detalles que intrigan y cautivan al arquitecto, que finalmente se transforman en un archivo visual capaz de ser revisado y re-interpretado cientos de veces. 250.000 imágenes dan forma a la colección de Pawson, las que muestran principalmente detalles extraídos de viajes alrededor del globo y momentos de cotidianidad en su casa. Una amplia variedad de formas, texturas y composiciones, que demuestran que dentro de las líneas simples y minimalistas del Arquitecto también existe una veta mucho más rococó.
A continuación una entrevista al Arquitecto para Nowness.
¿Siempre lleva una cámara consigo? Me siento desnudo si no tengo una cámara en el bolsillo. Ocasionalmente no lo hago y luego termino sintiéndome como un idiota. Pero no salgo por la puerta con la intención de fotografiar. No hay meta y nunca hubo, aparte de la vaga idea de capturar algo que nunca será igual otra vez.
No hay gente en las imágenes, ¿tiendes a alejarte de los temas de humanos? Por supuesto que tomo fotografías con gente en ellas, pero mucho menos. Katherine, mi esposa, sólo le interesa la gente, siempre me dice: “Oh, de nuevo tomando otra fotografía de una sombra, no John” Es otro arte, la gente, y es otro nivel de intrusión, que no es tan relajante.
Ha sido llamado un perfeccionista. ¿Eso se aplica a su fotografía? Está brillantemente libre de eso. Es muy difícil de describir, pero en el trabajo, es realmente acerca de lograr algo en el que todo está trabajando en conjunto y todas las partes tienen razón, el ajuste es correcto. Se puede ser un perfeccionista y ser imperfecto, pero hay que esforzarse por hacer que todo en conjunto sea tan bueno como sea posible.
¿El libro revela algo inesperado acerca de usted y su trabajo? La gente tiene una idea muy extraña, que sólo me gustan los espacios blancos vacíos o líneas rectas u hormigón. Es sólo mi trabajo que es así. Me encantan las cosas barrocas, puedo ver cosas positivas en la Era Isabelina o la arquitectura de Tudor y no es que todo tenga que ser de piedra. Fue agradable ser capaz de mostrar el espectro más amplio de lo que yo admiro. Creo que la gente se sorprende cuando llega a la oficina y ve la vida y algo de desorden, incluso. No están esperando libros y gente con la cabeza rapada.
